El rasgo más sorprendente de las pasadas elecciones generales ha sido que la derecha se ha creído sus propias trolas.
Los buenos traidores
La traición premia sin duda a los traidores y a quienes los compran en el objetivo inmediato de ganar la batalla, pero también hiere de muerte al traicionado, exhibe su debilidad, aniquila su reputación, lo desnorta y desmoraliza a los suyos y, en último extremo, destruye la credibilidad de las reglas de juego.
El león del Atlas
Se oye un rugido pero no sabemos si ha salido de la garganta del león o es un eco del aparato de megafonía, como ha ocurrido en estas elecciones.
El júbilo del equilibrista
La única buena noticia, y no es poco, que han dado las urnas es que los bárbaros no estarán en el gobierno; al menos no deberían estarlo con los números resultantes.
El día en que se apagó el arcoíris
En nombre de un ideal superior, las teorías políticas iliberales tienen en su programa la constricción de la libertad sexual, el estrato más íntimo e insobornable del ser humano, al que no puede renunciar sin negarse a sí mismo.