Todo indica que, por ahora, Australia es un estado lo bastante seguro de sí mismo como para discernir la liviana importancia de un campeonato de tenis en relación con la salud pública acosada por una pandemia. Pero no se confíen, habrá más asaltos, raqueta y talonario en mano.
La revolución de los narcisos
Los golpes de estado, y este del Capitolio lo ha sido en fase de intentona, tienen raíces muy profundas, si lo sabremos aquí, y a veces tenemos que convivir con su amenaza latente durante decenios. Nos habían hecho creer que la democracia norteamericana era inmune a este virus pero se ve que no.
Una del Oeste
Trump llegó a la Casa Blanca con maneras de justiciero del Oeste y el sedicente propósito de acabar con la corrupción de la clase política, y durante cuatro años ha representado al matón impávido, desdeñoso e inflexible que ha acuñado Eastwood en la pantalla.
Fascinados por el vampiro
Un tópico de la literatura vampírica presenta a las víctimas de Drácula inermes y complacidas ante el poder y la seducción que ejerce el rey de las tinieblas. El partido republicano norteamericano ha caído en ese estado de sumisión hipnótica ante las manipulaciones de Donald Trump.
Los leales
Hay un cierto tipo de individuos bastante frecuente en los segundos escalones de la política y de la administración que tienen a gala una lealtad perruna y operan fascinados por la figura del jefe que les ha otorgado la encomienda, como un conejo ante los faros de un automóvil.