Don Sánchez, como todos los buenos políticos, sabe que el poder y las palabras que lo adoban son cosas distintas.
O mundo das meigas
El rasgo más sorprendente de las pasadas elecciones generales ha sido que la derecha se ha creído sus propias trolas.
El retorno del caudillo
Qué carajo, así terminan todas las guerras carlistas después de que se han perdido.
Tras el debate, fuéronse y no hubo nada
Las formas que se vieron ayer –irritadas en don Sánchez, cínicas en don Feijóo- responden al cariz agónico que está adoptando la historia en este tiempo, no solo en España.
Despedida del ‘sanchismo’ con cajas destempladas
Es un signo de este tiempo de malestar social difuso y sin límites. La hiriente desigualdad ha convertido la sociedad en una charca de ranas.