Don Puigdemont no quiere solo rescatar al independentismo con él al frente sino restaurar la Cataluña de antaño, en la que él se crió y fue feliz. La Cataluña del 3%.

Se ha ganado la expulsión con méritos acreditados porque hace años que trabaja para la competencia pero ¿qué significa la expulsión de un recinto cerrado en un mundo abierto?

El dinero saudí se ha hecho con el diez por ciento de telefónica mientras el país está enfrascado en las demandas del irredento don Puigdemont.

Don Sánchez, como todos los buenos políticos, sabe que el poder y las palabras que lo adoban son cosas distintas.

Qué carajo, así terminan todas las guerras carlistas después de que se han perdido.