Ningún ser vivo muestra tantos síntomas de malestar y desasosiego como un funcionario público en los últimos meses de su carrera activa. La proximidad de la jubilación destapa en él pulsiones y sentimientos que han permanecido discretamente sepultados durante décadas y en ese momento exigen ser reconocidos.
El divorcio
La vida intelectual y cívica del jubilado no podría entenderse sin este prolífico compañero, que día a día le servía la información de actualidad, le orientaba la opinión, le proporcionaba entretenimiento y, de alguna manera, le daba confianza y respetabilidad.
El espontáneo
Un joven salta de las gradas vacías del estadio para hacerse un autorretrato junto a Messi, corretea por el pasto, dribla a este y al otro, interrumpe el juego de los donfiguras y sale exultante de la escena en manos de los guripas de seguridad. Sus declaraciones son eufóricas a pesar de que no ha conseguido su objetivo y la hazaña puede costarle una sanción penal.
Arte huidizo
El instinto plástico de Javier Mina extrae significación de los objetos que nos rodean y que para la mirada habitual están fundidos en el paisaje y resultan indistinguibles. Mina los rescata de esa normalidad a la que han sido condenados por nacimiento y les otorga una vivaz autonomía artística, una especie de aleteo, que por lo demás solo se refiere a sí mismo.
Feminismo infeccioso
La denuncia del 8-eme y la instrucción judicial subsiguiente, de haberse llevado a término, tenía como objetivo obvio derribar al gobierno, pero el impulso procede de un discurso anterior que identifica el feminismo con un grave peligro social y, pandemia mediante, con una fuente de infección orgánica.
El fin del mundo
A la edad de quien teclea estas líneas, la memoria le ofrece el pasado como un mosaico inabarcable e ininteligible, salpicado de calvas de las que han desaparecido muchas teselas que habrían de componer el cuadro. A menudo estas piezas se desprenden ante sus ojos mientras vaga por la calle.