Nuestro amigo Quirón viene profetizando que don Feijóo llegará a la presidencia del gobierno desde que el político emergió de la plácida charca gallega para caracolear en el mar abierto de Madrid.

Los salteadores de hoy, al contrario que los atracadores de ayer, operan sin cautela, vergüenza ni reserva, a la luz del día y con publicidad, a sabiendas de su éxito y con la convicción de que cualquier nuevo orden se instaura siempre sobre la ruinas del viejo.

Apenas se ha popularizado la llamada ‘inteligencia artificial’ en su nivel más rudimentario y sus hacedores ya la han adiestrado para que cuente mentiras.

En la trayectoria política míster Trump resaltan los modos ostentosos, zafios y amenazadores del matón pero al mismo tiempo empieza a perfilarse una contradicción entre el negociante y el guerrero.

El secretario general de la otan lo tiene claro: no. Un misil ruso tarda solo diez minutos más en llegar a Madrid que a Varsovia, ha declarado. Y si el misil viene de otra parte ¿cuánto más tarda en llegar desde Nuuk (Groenlandia) a Barcelona? Ah, eso aún no lo hemos calculado.

¿Será verdad, como dicen los católicos, que resucitaremos y este viejo encontrará a su abuelo y podrá hablar con él de cosas interesantes como hacían cuando era niño?