Los sentimientos se agitan y se enroscan y forman un torbellino de alcance inimaginable. El buen pueblo se queda sin su dosis de opio. Mandanga de primera, sin cortar, un chute que te lleva al cielo.
Aterriza como puedas
Hubo un tiempo no tan lejano pero ya legendario en que se creaba un aeropuerto, se trazaba una autopista y se levantaba una urbanización con la naturalidad con que dios separó la luz de las tinieblas y las aguas de la tierra firme marcando una frontera infranqueable entre el caos y el orden.
Prisionero del cine
Nada de esto sería relevante si no fuera porque Tadzio es un icono cinematográfico imperecedero. ¿Qué fue de aquel ángel que jugueteaba por la playa del Lido entre señoras emperifolladas para excitar el deseo de un viejo gay extenuado, que no conseguía sublimar en el arte el apetito de la carne?
¿Qué hacer con los traidores?
Los post modernos españoles tenemos un caso de estos entre manos: ¿qué hacer con don Juan Carlos I, hoy rey emérito en fuga? Si juzgamos y condenamos sus tropelías financieras y su desquiciamiento moral, ¿condenamos también los servicios prestados al país cuando ostentaba la corona?
Apocalíptico e integrado
Pero el libro ha dejado de ser ese objeto que en la alta liturgia se leía con reverencia y del que los lectores privados extraen toda clase de experiencias sensoriales y emocionales, incluido el perfume y el tacto del papel. La alquimia tecnológica ha desbordado el invento de Gutenberg y los libros y sus sucedáneos digitales están por todas partes, en cantidades inimaginables y a menudo sin valor alguno.
Ojo, pringadillos
Las últimas resoluciones judiciales en casos de corrupción gubernamental y sus innumerables variantes lanzan un mensaje a quienes ocupan los segundos escalones de la administración, puestos en el cargo por el dedo del preboste supremo. Ojo, pues, con el material que tenéis entre manos, estimados segundones.