Una nación, dice Renan, se soporta en un relato compartido y aceptado por toda la población, o la gran mayoría, de un grupo humano que tiene en común el territorio y la historia. La primera tarea del poder constituyente consiste, por tanto, en sentar las bases del nuevo relato y, por su propia naturaleza, este no puede incluir todos los hechos de la realidad.
Los bárbaros fueron antes friquis
La historia es la única herramienta que tenemos para alumbrar el túnel del futuro; sin embargo la historia, el pasado, tiene la perversa cualidad de hacernos creer que está clausurado y es irrepetible.
El gobernador del caos
El caos que habrá de traernos la buena nueva es fruto del esfuerzo de un aparato intestinal empeñado en aliviarse con la esperanza de que vuelva el buen orden al organismo. De alguna manera, esperan levantarse de la taza del váter como renacidos y pasearse por las calles el próximo 8 de junio.
Ojo con las burbujas tóxicas y el mamoneo madrileño
Las redes sociales y el enjambre comunicacional que nos envuelve van a acabar con la democracia y, lo que es peor, con nuestro sentido de la realidad.
Memorias de la nación, la sangre y la muerte
Ningún estado puede respetarse a sí mismo y ser respetado por el concierto de los demás estados si no tiene a un asesino, preferiblemente genocida en algún grado, en su historia. A Netanyahu le corresponde ese honor en la historia de Israel. Un líder histórico no puede ser tal si no arrastra tras de sí y de sus crímenes a la población y Netanyahu también lo ha conseguido.