Impresiona la presentación de Susana Díaz como candidata al liderazgo del pesoe, firmemente flanqueada por sus gloriosos antepasados: Felipe, Guerra, Zapatero, Rubalcaba. Recuerda al marqués de Leguineche, el personaje protagonista de la célebre trilogía de Berlanga, cuando, al borde de un desahucio por impago de impuestos, clama ante el inspector de hacienda, protegiendo con los brazos extendidos los retratos de su rancio linaje que cuelgan de las paredes del palacio: ¿pero usted me va a separar de los retratos de mis antepasados que son mi álbum de fotos familiar? Aquella escena termina bien para el marqués y mal para la hacienda porque los inspectores se dejan liar y sobornar y se van del palacete que venían a expropiar como han entrado. En la presentación de Díaz no sabemos si se trata de construir el futuro o de salvar del desahucio el retablo del pasado. Podemos imaginar el temblor que ha sacudido a los oversixties al ver la foto de la candidata ganadora. Los abuelos de todos los geriátricos del país han dado un salto en su silla de ruedas y han arrojado al aire cachavas y muletas con un alarido triunfal que ha obligado a duplicar la medicación a la hora del almuerzo. Ahora, una vez más, van a ganar. ¡Como en el ochenta y dos! ¿Te acuerdas de Felipe y Alfonso aquella noche saludando desde una ventana del palace con las manos entrelazadas que formaban un solo puño? Yo nunca he estado en el palas, tercia el del enfisema. No hablamos de ti, coño, que toda tu vida has sido un pringao, hablamos de la historia, de la victoria, del acabose que fue aquello. Ah, vale, pero no me acuerdo, claro que tampoco sé quién es esa Susana de la que habláis. Eso no lo sabe nadie, pero tú fíjate en quienes están con ella. Yo siempre he sido más de Alfonso dales caña que de Felipe; en cambio Zapatero siempre me ha parecido un poco flojeras, insiste el del enfisema. Vale, tío, corta el rollo. Ahí está la candidata, radiante como niña de primera comunión rodeada de los tíos de la familia, en una adorable foto vintage. El pesoe tiene tal crisis de identidad, al igual que toda la socialdemocracia europea, que lo que se dirime en este proceso de elecciones domésticas no es tanto quién y cómo habrá de liderar el futuro cuanto si se pueden salvar los muebles del pasado. Sobre Susana Díaz y sus poderes mágicos para ganar elecciones hay más mito que realidad, eso sin contar con el segmento de la población joven que atribuye a aquel pesoe la cuota parte (como se decía en los ochenta) de la responsabilidad política por la miseria que ha caído sobre sus espaldas. Quizás no sea casualidad que el mismo día de la entronización de Susana, nuestro bienamado presidente haya reiterado que no adelantará las elecciones. Lo que vaya a pasar es un arcano. Tal vez valga la pena volver a las aventuras del marqués de Leguineche. En la última escena de la película ha convertido su palacete en un destino de visita turística y él mismo con su hijo y heredero posan en un salón de su casa para que los turistas puedan estrechar su mano mediante un suplemento de coste en el tique de entrada. El guía anuncia monótonamente: The marquis of Leguineche and his son. End of the saga. Y los turistas desfilan hacia la calle, tan contentos.
Entradas recientes
Comentarios recientes
- Rodergas en Perdona a tu pueblo, señor
- ManuelBear en ¿A la tercera irá la vencida?
- Rodergas en ¿A la tercera irá la vencida?
- ManuelBear en ¿A la tercera irá la vencida?
- Rodergas en ¿A la tercera irá la vencida?
Archivos
Etiquetas
Alberto Nuñez Feijóo
Albert Rivera
Boris Johnson
Brexit
Carles Puigdemont
Cataluña
Cayetana Álvarez de Toledo
Ciudadanos
conflicto palestino-israelí
coronavirus
corrupción
Cristina Cifuentes
Donald Trump
elecciones en Madrid
elecciones generales 2019
elecciones generales 2023
elección del consejo del poder judicial
Exhumación de los restos de Franco
Felipe González
Felipe VI de Borbón
feminismo
Gobierno de Pedro Sánchez
guerra en Gaza
independencia de Cataluña
Inés Arrimadas
Irene Montero
Isabel Díaz Ayuso
Joe Biden
José María Aznar
juan Carlos I de Borbón
Mariano Rajoy
Pablo Casado
Pablo Iglesias
Partido Popular
Pedro Sánchez
poder judicial
Quim Torra
referéndum independentista en Cataluña
Santiago Abascal
Ucrania
Unidas Podemos
Unión Europea
Vladimir Putin
Vox
Yolanda Díaz