Pero ser duque, marqués o conde de tu propio apellido es una redundancia que indica racanería en quien otorga el título y servilismo en quien lo acepta.
Memoria y relato
Leer másEl rescoldo
En los actos mayor relumbrón formal se saltan todas las prescripciones del laicismo constitucional y se produce una fusión cívico-religiosa.
Navegamos en un submarino amarillo
Nada ayuda a creer que la insomne tensión entre el ‘pesoe’ y ‘podemos’ vaya a ampliar el caladero de votos de ninguno de los dos partidos.
El amigo americano
En lo esencial, la relación de España con el amigo americano se mantiene estable y en sus propios términos desde 1953.
Un recuerdo inasible
Hace medio siglo del acontecimiento que dejó a los habitantes de esta remota ciudad subpirenaica boquiabiertos y agitados.