Sunak es el quinto primer ministro conservador desde el referéndum del bréxit en 2016, y como dicen los taurinos, no hay quinto malo.

Un país de mil cuatrocientos millones de vecinos es gobernado por una falange de individuos uniformes, impávidos, mudos, ataviados de traje oscuro y corbata granate,

La señora Truss, la efímera, es lo más parecido a un ‘tonycantó’ que pueda encontrarse en el Reino Unido.

Lo curioso es que la materia del debate en estos dos acontecimientos separados por medio siglo es la misma: Europa.

La remota ciudad subpireanica celebra estos días un acontecimiento, más que famoso, mitológico, acaecido hace cincuenta años.

La segunda mitad del siglo veinte fue para esta parte de Europa una época de crecimiento y estabilidad sin parangón, con una fiscalidad progresiva y la gestión pública de los servicios colectivos esenciales.