La crisis política que se avecina en Europa, igual que la crisis económica que la ha precedido y de la que es consecuencia, desbarata a los países meridionales, España entre ellos, pero termina alcanzando a las potencias del septentrión. Lo de Turingia es un síntoma.
Charlatanes de feria
Entre las salidas para políticos en excedencia, hay una reservada para un grupo restringido. No es una vía de escape, sino, curiosamente, de encumbramiento en la que el ex desahuciado se convierte en orador, en conferenciante, en vendedor de crecepelo para públicos muy selectos.
No es mundo para viejos
¿Por qué un viejo acepta responsabilidades públicas en un mundo en el que está de salida y cuyo futuro ya no es el suyo?, ¿necesita pasta?, ¿no tiene suficientemente colmada su vanidad?, ¿quiere ajustar cuentas con alguien o con algo?, ¿vale la pena el intento a costa de un ridículo que arrastrará hasta la tumba?
Juego de tronos
Para los que nos hemos criado en tierra de carlistas y clérigos, la figura de don Torra nos es familiar, además de inquietante y aciaga: un tipo de aspecto apacible y bovino, que te espera en su despacho/confesionario a que acudas a reconciliarte, no con él, que es un mero vicario en la tierra, sino con la verdad suprema de la que te has alejado o a la que has traicionado.
Turingia
El paisaje de la batalla es el siguiente: los parias de la tierra quieren disfrutar de los dones de la globalización y sus beneficiarios quieren a toda costa impedírselo para conservar sus beneficios menguantes. Lo que está en cuestión es la llamada democracia liberal y en la correlación de fuerzas se dibuja el declive de las formaciones que se declaran liberales y la titubeante impotencia de la izquierda para adoptar una alternativa.