El aniversario de 1982 ha sido una fiesta para el PSOE y un ‘halloween’ de mal rollo para el PP.
El oso y su sombra
Rusia es en términos materiales un estado colosal pero también un poderoso imán simbólico del que los europeos difícilmente conseguimos emanciparnos. Durante todo el siglo pasado, emitió sobre el imaginario occidental una luz contradictoria que lo convertía, simultáneamente, en el centro del mal y en la patria donde germinaba el futuro luminoso de humanidad.
Ritos de paso
Ahora toca el golpe de timón que marque la nueva era. Don Sánchez ha tomado nota de toda la agitación de estos años de crisis: el fallido ‘prusés’ catalán, la emersión y el declive de ‘ciudadanos’ y ‘podemitas’, la aparición de la extrema derecha, la debilidad de la derecha de toda la vidasiempre asediada por su impenitente corrupción, y sobre estas ruinas humeantes va a jugársela con los indultos, que, sobre el papel, están llamados a estabilizar el sistema e iniciar una nueva singladura, fondos europeos mediante.
En la taza del váter
Cualquiera puede perpetrar una pifia en los últimos días de julio, por ejemplo, cortocircuitar el sistema que tiene en funcionamiento del tinglado y, en su desconcierto, oír a quienes han de repararlo: déjalo para después vacaciones. Hasta septiembre, el mes de los malos estudiantes.
El poder accidental
El poder político del pesoe siempre ha sido fruto de un accidente y, a pesar de su duración temporal en el gobierno, mayor en conjunto del que ha correspondido a la derecha, nunca ha perdido ese carácter accidental, aunque su origen sea impecablemente democrático y su ejercicio completamente legal.