El déficit de glóbulos patrióticos en la sangre tenía enormes ventajas porque nos permitía entregarnos a nuestras querencias y a nuestros sueños; en resumen, nos permitía vivir libres, al menos mientras no topabas con la pareja de la guardia civil. Para nuestra generación, España fue el nombre que recibía un corral triste, opresivo y gris, con cuajarones de sangre en muros y surcos, del que queríamos huir.
Arte sacro
El nacionalismo es la sacralización de la nación y aquí no necesitamos esforzarnos mucho porque la aldea y el santo de la ermita son indistinguibles. Una no tiene sentido sin el otro.
Espíritu nacional
Hay individuos de la especie humana que carecen de sentimiento nacional, vale decir, que no se emocionan ni conmueven ante una bandera, ni liberan endorfinas cuando atisban un emblema identitario, ni dedican su tiempo a aprender el baile folclórico local.
El débil pulso del día
No hay modo en estos días de eludir la reverberación del duelo por los atentados de Barcelona y Cambrils. El dolor y las preguntas no cesan; el dolor se amortiguará tarde o temprano pero las preguntas tienen visos de que habrán de esperar respuesta durante mucho tiempo, si es que existe respuesta.