Una escena costumbrista: una reunión de personas enfrascadas en la mensajería chisporroteante que emite su dispositivo móvil.
Espejo mágico
Nadie como el smartphone nos ve tan desnudos. Nada es tan engañoso como ese aparato al que entregamos nuestras confidencias, en el que evacuamos anhelos y vilezas, que luego se arrastran por las marismas que llamamos redes sociales.